Una tertulia inesperada

Level nos canceló el vuelo sin avisarnos. Cosa que descubrimos cuando precisábamos una constancia del viaje y no aparecía en ningún lado. Nos ofrecieron devolvernos el dinero (sí, sí, claro) o encontrarnos un lugar en otro vuelo. Al final no fue mucho daño porque salimos seis horas después de lo previsto. El mayor inconveniente era que seis horas después de lo previsto no llegábamos a hacer el check-in en el hotel porque la recepción cerraba a las nueve de la noche. Menos mal que Germán, Chava y Nachito salieron a nuestro rescate, se hicieron pasar por nosotros (?), y nos recibieron con unas cervezas y algo para picar a medianoche en su hogar. ¡Y con las llaves del hotel!

Del vuelo no mucho que decir salvo que las pantallitas de Level tienen muchas películas para ver y Caro se las vio casi todas de un tirón. Yo me dormí las casi trece horas del viaje… Me dijeron que “La forma del agua” no está tan buena.

Se suponía que Europa nos recibía con una ola de frío, pero se ve que la a ahuyentamos con nuestro aterrizaje porque en Barcelona hubo calor y sol radiante todos los días. No hicimos más que caminar de acá para allá, conocer la Sagrada Familia, y disfrutar de las delicias del Mercat de la Boqueria, en donde no sólo se come un muy rico jamón, sino que uno se encuentra con sus parientes y amigos que están de visita.

Mención aparte merecen las fuentes (?) o bebederos de la ciudad. Están por todos lados, por tantos que hasta hay una aplicación oficial para encontrarlas ( https://ajuntament.barcelona.cat/apps/ ), porque muchas veces pasan desapercibidas. Algunas incluso tienen características especiales, como este gallito que nos salvó del calor.

Próximo destino: París