Palabra poderosa: Viajar

Atenas, la cuna de la civilización

Atenas, la cuna de la civilización

UNA NOCHE EN EL PUERTO

Bajamos en el puerto de Atenas, el Pireo, cerca de la medianoche. Teníamos una habitación de hotel esperando en el mismo puerto. Esperábamos una cama, una ducha, y reponer energías para salir temprano por la mañana al día siguiente. Nos encontramos con una cama, media ducha, y unos vecinos que no pararon de gritarse en toda la noche (en TODA la noche). Al menos si sostenías el duchador con una mano podías lavarte con la otra. Eso sí, al día siguiente, temprano arriba (fácil cuando cuesta pegar un ojo por los gritos del pasillo) y al subte para ir al otro hotel en el centro y recorrer Atenas.

LA PIEDRITA DE LA DISCORDIA

En nuestra visita al templo de Afrodita en Thira, Santorini, obsequié a Carolina una piedrita por ser “la más linda de Grecia”. En cualquier otro lugar esto hubiera pasado desapercibido, pero no en Grecia en donde guerras estallaron por la misma cuestión. Tendría que haberlo sabido, Kallisti, para la más bella, la discordia, es también uno de los antiguos nombres de Santorini. Apenas salimos del hotel y camino al subte una paloma, uno de las representaciones de Afrodita, atacó a Carolina golpeándola en la cabeza. Clara señal de que la diosa no estaba nada feliz de nuestra visita a la ciudad.

ALTA CIUDAD

La visita obligada de Atenas: la Acrópolis. La Acrópolis de Atenas tiene dos entradas, la sur y la oeste. Todos los sitios de internet nos recomendaban ir por la entrada sur, porque la mayoría de la gente toma la oeste y las filas son mucho menores. Una hora de fila y espera más tarde pudimos entrar (y cuando salimos por la entrada oeste no había fila…). La Acrópolis era la ciudad alta que cumplía funciones defensivas como religiosas. Como casi todos los lugares históricos de esta región fue conquistada por el Imperio Otomano y luego por los venecianos. La Acrópolis fue asediada y bombardeada por los venecianos lo que ocasionó graves e irreversibles destrozos (en particular al Partenón, que se usaba como polvorín).

EL NACIMIENTO DEL TEATRO

Lo primero que vimos al ingresar fue el Teatro de Dionisio, del siglo IV A.C. Enorme y antiguo teatro en el que se estrenaron obras de Sófocles, Aristófanes, y Esquilo. La cuna del teatro como lo conocemos. Se conservan los relieves en el frente del escenario hechos en la época de Adriano. También los asientos de mármol decorado reservados a reyes, sacerdotes, con su trono principal dedicado al sacerdote de Dionisio. Pudimos sentarnos en las antiguas gradas e imaginar lo que sería una representación de “Las Nubes” en este lugar. En especial porque con el sol que había, las nubes hubieran sido un literal regalo del cielo.

ELECCIONES ABIERTAS

Cuentan que los atenienses, cuando aún la ciudad no tenía nombre, hicieron un concurso (?) para determinar cuál de los dioses sería el patrono de la ciudad. Poseidón arrojó su tridente al suelo e hizo brotar una fuente de agua salada, mientras que Atenas hizo crecer un olivo. Por motivos que desconocemos el olivo le ganó a la sal y Atenas es desde entonces la patrona de la ciudad. En el Erecteion dicen que se encontraba la fuente de agua salada, y hay un árbol de olivo en la entrada, recuerdo de la victoria de Atenea.

EL PARTENÓN

Nada de lo que diga acá hace justicia a encontrarse cara a cara con este templo dedicado a la diosa patrona de Atenas. Habíamos leído que las columnas no eran rectas en su construcción, sino que tenían una pequeña curva para que parezcan más rectas, que las columnas medían un poco más de diez metros, que el color del mármol cambiaba con los rayos del sol. El encuentro con el Partenón nos dejó boquiabiertos y callados por mucho tiempo (y los que me conocen saben lo difícil que es que me quede callado). Un atisbo de Lo Bello que sobrevivió a ser convertido en basílica, iglesia, mezquita, polvorín. A las bombas. Al tiempo.

UN PASEO POR LA ATENAS DE ANTAÑO

Con la entrada a la Acrópolis y por unos pocos euros más teníamos acceso a varios otros sitios históricos: el ágora antigua, el áora romana, la biblioteca de Adriano, el Olympeion, el cementerio Keramikos, y el liceo de Aristóteles (y bienvenido sea el descuento de estudiante). Es en el ágora antiguo en donde se desarrollaba la vida en la polis. Templos, mercados, gimnasios, casas. De todo un poco en este lugar que fue creciendo y mutando con los años y que parece un rejunte de cosas.

En el foro antiguo se restauró hace algunos años la Stoa de Átalos. Allí había una colección de estatuas encontradas, entre ellas una de la diosa Atena sin cabeza. Quisimos sacar una foto en la que la cabeza de Caro ocupaba el lugar de la diosa y fuimos interrumpidos por una guardia de seguridad. Durante varios minutos nos explicó que era una falta de respeto. Otra ofensa a los dioses, y esta vez con reto público. Si Atena no nos estimaba ya por todo el temita de la discordia, ahora directamente estábamos en su lista negra.

EL TEMPLO A ZÉUS OLÍMPICO

Un enorme templo dedicado a Zéus Olímpico que llevó más de seiscientos años en su construcción y que recién pudo terminarse bajo el gobierno del emperador Adriano. El templo fue ideado para ser el templo más grande que hubiera en Atenas durante las tiranías griegas. Luego de la consolidación de la democracia el templo quedó a medio construir, e incluso Aristóteles en Política cita su construcción como un ejemplo de cómo las tiranías ocupan el tiempo de las masas cansándolas en ejercicios inútiles y empobreciéndolas para que no se rebelen. Durante el gobierno del emperador Adriano (en el siglo II D.C) se lo terminó y además de varias pequeñas se agregó una enorme estatua de Adriano, enfrentada a la de Zeus. Hoy se conservan apenas un puñado de columnas en un enorme descampado, duró poco más de cien años.

EL JARDÍN

El hostel en el que nos quedamos esa noche tenía un precioso jardín en el fondo, al lado de una cocina que se prometía equipada pero que no tenía ni tenedores para cenar. Estaba claro que era una invitación al epicureismo y recogimos el guante. Una lata de choclo, una lata de niños envueltos, no es lo que tenemos sino lo que disfrutamos lo que hace a nuestra abundancia. Todo pareció peligrar cuando el abre fácil de la lata falló a último momento, pero Caro se las ingenió con una especie de cuchillo (aún no entendemos qué era) para no dejarnos sin cena esa noche.

YIA SOU GRECIA

Después de haber ofendido a tantos dioses en nuestra visita la última noche no podía pasar sin accidentes. Ya habíamos conseguido la bronca de Afrodita, y Atenea. ¿Habrá sido la plaga de mosquitos que no nos dejaron dormir enviada por Hera? Si hubieran sido tábanos tal vez. ¿Pero mosquitos? Creo que nunca lo sabremos, pero por las dudas imitamos a Eneas y huimos con destino a Roma.

Próximo destino: Roma