Palabra poderosa: Viajar

Todos los caminos conducen a Roma

Todos los caminos conducen a Roma

El vuelo nos dejó en Roma Ciampino, un aeropuerto un poco alejado de la ciudad. Un pequeño viaje en colectivo y dos trenes más tarde llegamos a Roma Trastevere, la estación en la que estaba el hotel. Paréntesis aparte para explicar que la combinación de trenes teniamos que hacerla en Roma Termini, una estación que es tan grande que nos llevó media hora ir de un andén a otro (lo que provocó que perdiéramos uno de los trenes que salía a Trastevere, pero no importa, subimos al siguiente). Al llegar al hotel la recepción no pudo ser mejor: la habitación era enorme y preciosa, el baño compartido era un baño privado, y nos regalaron té, café, y una botella de vino. Benvenuti a Roma.

UN DESHILVANADO VIAJE EN EL TIEMPO

Caminar por Roma es un viaje en el tiempo constante y en todas las direcciones, como si se hubiera roto el relojito del DeLorean y siempre estuvieras a 88 millas por hora. En una esquina encontrás una pirámide egipcia construída en Roma, en la siguiente una iglesia del siglo VIII, y en la siguiente una escultura de la roma antigua, mientras te ves rodeado de edificios y autos de pleno siglo XXI. Nuestras primeras horas en la ciudad se nos fueron absorbiendo esos cambios temporales y disfrutando de lo que la ciudad nos iba mostrando. Después nos metimos de lleno en uno de los paseos históricos que Roma obliga.

ROMA NO SE HIZO EN UN DÍA

Y no hay mejor lugar en el mundo para empezar a entender esa frase que el Palatino y el Foro Romano. El Palatino es el monte más pequeño de los siete montes que conforman Roma, y según la leyenda el lugar en el que Rómulo fundó Roma. Acá vivieron los emperadores durante mucho tiempo y se pueden visitar las ruinas de sus distintas residencias.

El Foro Romano tiene mucho en similar con al ágora griega, son espacios abiertos con edificios de caracter religioso, comercial, y estatal. Al igual que en el ágora el Foro es un espacio vivo en el que los edificios se fueron construyendo y sucediendo sin ningún tipo de planificación previa. Las diferencias sin embargo revelan qué distintas eran las dos sociedades. Mientras que en el ágora griega el ciudadano desarrollaba su vida política, en relación a otros ciudadanos, en el Foro Romano se desarrollaba su vida en relación con el Estado. Tanto es así que el Foro terminó siendo (en tiempos imperiales) un espacio de celebración y procesiones.

La entrada para el Foro, el Palatino, y el Coliseo, es una misma. También hay una entrada especial (llamada S.U.P.E.R.) que permite acceder a siete paseos especiales (por ejemplo la casa de Augusto, o el museo Palatino). El descuento para estudiantes es lamentablemente sólo para estudiantes de la Unión Europea (y no es descuento, es entrada gratis, o lo que algunos llaman el mejor de los descuentos).

ARE YOU NOT ENTERTAINED?

El gran coloso de Roma: el Coliseo. Un enorme estadio construído en el siglo I después de Cristo que supo recibir a más de 65.000 espectadores, que venían religiosamente a ver a gladiadores luchar y a esclavos morir contra bestias traídas de todo el mundo. Hay incluso quienes sostienen que la arena se inundaba para poder representar batallas navales. Visitar el Coliseo es entender el origen de la cultura del entretenimiento. Es poder ver con ojos propios esa enorme estructura construida para soportar una cultura basada en el “pan y circo”. Una preciosa metáfora de hormigón.

POR LA VUELTA

Una de las tradiciones romanas (nacida en una película de 1954) dice que arrojar una moneda de espaldas a la Fontana di Trevi garantiza el volver a la ciudad. Calculo que funciona siempre que tengas monedas para tirar y tiempo por delante. Por suerte nos habían quedado unas monedas de 1 BIN rumano, algo así como 5 centavos de peso argentino, para poder pedir nuestro deseo. ¿Se fijará la Fontana en la denominación?

Según dicen se juntan más de tres mil euros por día en monedas arrojadas. Ah, toda moneda arrojada a la fuente es considerada propiedad de la ciudad de Roma y se destina a caridad, es delito sacarlas. Aviso por las dudas.

EL MUSEO DEL PURGATORIO

Según la teología católica el Purgatorio es ese “no lugar” al que van las almas a expirase de sus pecados antes de poder alcanzar la pureza ascender a los cielos. Es un lugar en el que las almas sufren castigos similares a los del Infierno, pero tarde o temprano alcanzan la purificación. Las plegarias y la celebración de la misa pedidas en la tierra, por sus seres queridos por ejemplo, pueden acortar ese tiempo. Tan así es que hay almas que incluso han “vuelto” a dejar mensajes a sus familiares para que puedan ayudarlos a llegar al cielo.

En el museo del Purgatorio, en la Iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, hay varias muestras de esto: imágenes dejadas en paredes, manos quemadas en libros, huellas dejadas a fuego en vestimentas. Para ingresar basta con preguntar por el museo dentro de la iglesia y dejar una pequeña donación. Cuando nos preguntaron de dónde éramos el cura expresó: “Argentina, ¡el Papa!”. Menos mal que esa fue su primera reacción.

TU ERES PEDRO Y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARÉ MI IGLESIA

Con ese juego de palabras Jesús proclamaba la creación de la iglesia católica. La Basílica de San Pedro, en el estado del Vaticano, se haya literalmente construída sobre la tumba con los restos de San Pedro. La entrada es gratis, y la fila para ingresar es eterna. No se puede entrar con los hombros descubiertos, con sombrero, ni con bermudas o polleras cortas. Aunque se fijan mucho más en las polleras que en las bermudas. En San Pedro se encuentra la estatua de La Piedad de Michellangelo, detrás de un vidrio después de que un loco le diera un martillazo en los años setenta al grito de “Yo soy Jesucristo”.

EL MUSEO DEL VATICANO

Justo a la vuelta de la iglesia de San Pedro se encuentra el enorme museo del Vaticano. Acá la entrada no es gratuita (y hay descuento de estudiantes) y la mayoría de la gente lo visita para poder conocer la Capilla Sixtina, pero el museo es mucho más que sólo la Capilla. El recorrido largo dura aproximadamente tres horas y pasa por salas de arte antiguo, renacentista, decorativo, y contemporáneo. Las obras están ordenadas cronológicamente, pero, al igual que sucede en el Louvre, las paredes y techos de las salas también están decoradas y adornadas con su propio estilo.

Una de las salas que más nos llamó la atención es la Galería de los Mapas que contiene cuarenta mapas de todas las regiones de Italia. Como decía uno de los guías “el google maps de la época”. De la Capilla Sixtina no podemos decir mucho más que es uno de esos lugares que te sorprenden tanto por la historia, como por la pintura, y por el caudal enorme de gente que pasa por ella. “No pictures please!”

PANZA LLENA, CORAZÓN CONTENTO

Si algo tenemos que reconocerle a Roma es que nos alimentó con todo lo que nos gusta. Picada de quesos y fiambres, platos de pasta (con una salsa amatriciana con peperoncinos que te hacía volar), y pizza. Como decía Caro, caminar por Roma es sentirse un poco en Argentina, tanto por la gente y las costumbres, como por lo familiar de la comida.

El último día, volviendo tarde y cansados del centro al hotel y sin saber qué íbamos a cenar nos encontramos con una pizzería que vendía pizza al paso. Vimos que la gente salía con pequeñas pizzas cortadas en cuadrado y los precios parecían buenos, por lo que pedimos dos porciones, una para cada uno. Claro que lo que efectivamente pedimos no fueron dos porciones sino dos enormes pizzas redondas en caja. Reitero lo que dije en un principio, Roma nos alimentó muy bien.

Próximo destino: Firenze