Palabra poderosa: Viajar

Fez, la madre de todos los laberintos

Fez, la madre de todos los laberintos

Sentimos el llamado de África. No quiero decir con esto que resonaban tambores en nuestros sueños ni que nos visitaron Timón y Pumba para decirnos que vivamos sin preocupaciones, pero estábamos dejando al continente más antiguo fuera de nuestro viaje y eso Mamá África no nos lo iba a dejar pasar. RyanAir nos sorprendió con unas promociones demasiado tentadoras y cruzamos el charco para meternos en Marruecos, la puerta norte de África. ¿Marruecos en Ramadán? Después de haber huído de Turquía el día en que empezaba el mes más sagrado para el Islam esta vez nos animamos a compartir los últimos días de ayuno con los marroquíes junto a una gran incógnita: ¿nosotros también tendremos que ayunar?

UN VIAJE AL PASADO Sabíamos que el viaje a África iba a ser un viaje en el tiempo. Marruecos es un hermoso país con tradiciones muy arraigadas que te transporta a otras épocas, tal vez incluso te saca por completo de la idea de tiempo, en especial enfrentado a la eternidad del Sahara. Lo que no sabíamos era cuan literal iba a ser esto, despegamos del avión a las seis y media de la tarde, aterrizamos a las cinco. Hola pasado, un gusto verte de nuevo.

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HOSPITALIDAD MARROQUÍ El aeropuerto de Fez queda, como casi todos los aeropuertos, en las afueras y lejos de la ciudad. Llegar del aeropuerto a Nouvelle Ville, la zona más moderna fuera de la medina, cuesta 120 dirhams (aproximadamente 12 euros) en taxi. Unos Mercedes Benz bien modernos. Habíamos leído que el colectivo salía 4 dirhams y paraba en la puerta de entrada al parking, aunque pasaba una vez por hora. Claro que apenas salimos del aeropuerto lo vimos irse.

Los gendarmes que custodiaban la entrada del aeropuerto nos advirtieron, estamos en Ramadán y se acerca la hora del Iftar (el llamado a rezo del atardecer, cuando se rompe el ayuno del día) y probablemente el próximo colectivo tarde mucho en llegar. Uno de los gendarmes incluso se ofreció a conseguirnos un auto que nos lleve por el mismo precio que el colectivo. Cuando no lo consiguió quiso regalarnos plata para pagar un taxi. Después de todas las advertencias que habíamos tenido de que todo el mundo que te quiere ayudar en realidad quiere sacarte plata en Marruecos, ¡la primer persona con la que hablamos nos quiere regalar dinero! Le agradecimos y lo rechazamos muy amablemente y nos fuimos caminando a la parada de colectivos.

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SUBE A MI VOITURE Y OLVIDA LOS MERCEDES BENZ Ua hora más tarde seguíamos en la parada y no había señales del colectivo, eso sí, varios taxis habían parado al lado nuestro, bajado la ventanilla, y ofrecido llevarnos. “Ofrecido”. Por doce euros. Algunos incluso por veinte. Ofertón. Habíamos visto entrar y salir de aeropuerto varias veces unas motitos con un trailer atrás que llevaban gente y cosas. Calculo que a uno de ellos les causó mucha simpatía vernos ahí sentados y se ofreció a llevarnos hasta Nouvelle Ville. “Gratuit?” le preguntamos “Gratuit, oui” nos respondió entre risas. Media hora de viaje en un trailer con el viento en la cara y rodeado de pibes que no hablaban francés, aunque algunos sabían unas palabras en inglés, las suficientes para saludar y preguntar de dónde éramos. Gracias por la bienvenida Fez, mejor recepción imposible.

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HOTEL TRANSYLVANIA Nuestra primera intención era alojarnos en la medina de Fez, pero después, viendo que íbamos a llegar tarde y salir temprano en bus para Chefchaouen, cambiamos de opinión y buscamos un hotel en Nouvelle Ville. Cerca de la terminal, fácil de ubicar. El hotel era enorme y muy antiguo. Tan antiguo y enorme que muchas habitaciones estaban vacías, y otras muchas clausuradas. Daba toda la sensación de haber sido un gran hotel en su tiempo, allá por los años sesenta. Por suerte la habitación era amplia, cómoda y con una buena vista a la mezquita enfrente. Aunque la cantidad de golondrinas que anidaban en el balcón era intimidante. Y tenía desayuno incluído. ¿Cómo es desayunar en Ramadán?

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RAMADÁN, ¿DE QUÉ SE TRATA? El mes de Ramadán es el más sagrado para el Islam. Es durante este mes que el Arcángel Gabriel le reveló los primeros versos del Corán al Profeta, y los musulmanes en todo el mundo ayunan desde la salida del sol a la puesta del mismo. El ayuno va más allá de no comer, e incluye abstenerse de mantener relaciones sexuales, de fumar, y también no tomar agua, lo que se vuelve en especial complicado cuando Ramadán cae en meses calurosos, como este año. Al estar regido por el calendario lunar el Ramadán no cae siempre en las mismas fechas todos los años, moviéndose aproximadamente 11 días cada año. Y al caer cerca del verano hay más horas de sol, este año el ayuno diario era de un poco más de 14 horas.

Durante este mes en Marruecos se adelanta la hora. De esta manera el ayuno termina más temprano (a las siete y media se ponía el sol aproximadamente), y por las mañanas la mayoría de la gente duerme hasta tarde, para reducir las horas de actividad en ayunas. También durante el día se reduce un poco la actividad comercial, algunos (pocos) locales están cerrados y en la medina hay mucha menos gente que de costumbre, lo cual vuelve la experiencia de recorrerla menos agobiante, al menos para ser nuestra primera vez.

RAMADÁN, ETIQUETA PARA TURISTAS Marruecos es un país musulmán, pero bastante permisivo, por lo que no vas preso por tomar agua en la calle (como sí pasa en Emiratos Árabes por ejemplo) y hay varios restaurantes abiertos para turistas. La comodidad de comer en un lugar en el que los cocineros y los mozos no comen ni toman agua se la dejo a cada uno de decidir. Nadie va a pedirle a un turista no musulmán que ayune durante este mes, ni que se abstenga de tomar agua, pero es de buen gusto no bajarse una botella de agua en medio de la calle cuando pega el sol y todos a tu alrededor están muy sedientos. Probablemente mucho más que uno.

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RAMADÁN, LA HORA DEL SUHUR El primer llamado del día, el que se realiza con la salida del sol, marca la hora del inicio del ayuno. La gente se despierta unas horas antes de este para preparar un desayuno que les de fuerza durante el día. Como dije anteriormente el hotel tenía desayuno incluido, pero esto no se veía afectado por el Ramadán, después de todo la mayoría de los que estábamos en el hotel no éramos musulmanes. Lo que sí la hora del desayuno era tarde, para que los empleados puedan descansar lo más posible antes de arrancar el día.

RAMADAN, LA HORA DEL IFTAR Al caer el sol las mezquitas hacen el llamado del Iftar y la gente se reúne con sus familias y amigos a romper el ayuno con unos dátiles, una sopa y algo más. La idea no es hacer un banquete todas las noches, después de todo el ayuno es en todo el mes, pero sí recuperar energías para el día siguiente. Como podrán imaginar la hora previa al Iftar es un peligro en la calle, con todos los autos yendo como locos para poder llegar a sus casas a tiempo.

https://www.youtube.com/watch?v=mi01KfYZw9Y

Nuestra primera noche en Marruecos nos encontramos queriendo cenar a la hora del Iftar, y claro, todos los restaurantes, cafés, supermercados, y locales de la zona están cerrados por un par de horas mientras los empleados rompen el ayuno en una cena comunal. Todos menos McDonalds, en el que estaban todos los empleados reunidos para romper el ayuno, excepto el gerente de la sucursal que atendía a la gente que venía a cenar. El verdadero empleado del mes. Gracias Arcos Dorados por no dejarnos pasar hambre en nuestro primer día.

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FEZ, PRIMER ACERCAMIENTO Nuestros primeros días en Fez fueron muy tranquilos, en gran parte debido al Ramadán. Quedándonos en Nouvelle Ville pudimos caminar hasta la medina y recorrer las varias de sus Babs (puertas) que se encuentran en el camino. A su vez no sufrimos el acoso constante que sufren los turistas en la medina, aunque Caro tuvo que taparse un poco más de lo habitual debido a las miradas incómodas que recibía. Como experiencia podemos decir que no tomar agua en pleno rayo del sol es un desafío difícil y vimos a varios turistas a los que esto les importaba muy poco.

La medina de Fez es enorme. Se la considera la zona peatonal más grande del mundo. Si Venecia nos había parecido un laberinto con tiendas de souvenirs, Fez es como la tatarabuela de Venecia, la madre de todos los laberintos. Ah, y no funciona el GPS.

ESA CALLE ESTÁ CERRADA Una constante en Marruecos es la gente que quiere sacarle plata a los turistas por guiarla. Ya sean guías oficiales, que te llevan a locales de donde tienen una comisión, o guías no oficiales, que se te acercan en la calle a “ayudarte” y después te exigen unas (cuantas) monedas a cambio. La disposición de la medina, construida para confundir a los extranjeros, ayuda mucho a que la gente se pierda y los locales quieran aprovecharse de eso.

Entre las varias estafas que se hacen sobre los turistas esta nuestra preferida: “esa calle está cerrada”. Más de diez personas nos lo dijeron en nuestro primer día de caminar por la medina. Pasan por al lado y te lo dicen, esperando que te frenes y digas: “oh no, ¡la calle está cerrada! ¿qué haré ahora?”, y claro ellos te guían y te exigen algo a cambio. Claro está que las calles no cierran porque sí en ninguna ciudad de Marruecos, y que siempre hay caminos que nos lleven a donde queremos ir. En especial si lo que queremos hacer es perdernos en la medina por unas horas.

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CTM, UNA LUZ AZUL EN EL CAMINO Marruecos tiene varias empresas de buses que conectan las distintas ciudades, pero la más recomendada para turistas por su comodidad y disponibilidad es CTM. Los buses de CTM a veces no salen de la estación general sino que tienen una propia, por lo general a unas pocas cuadras de la estación de buses. Los buses son cómodos, salen y llegan a horario, y permiten despachar equipajes sin problemas.

Habiendo tenido nuestro primer encuentro marroquí nos decidimos a viajar unos kilómetros al sur a la perla azul de Marruecos, Chefchaouen. Tempranito en la mañana arriba, un buen desayuno, y rumbo a la terminal.

Próximo destino: Chefchaouen