Florencia, la joya del Renacimiento Italiano

Tempranito en la mañana tomamos un Flixbus para Florencia. Por suerte Flixbus nos sorprendió siendo esa empresa puntual, barata, y con buen internet que promete ser. El bus nos dejó en las afueras de la ciudad, pero un tranquilo viaje en tranvía nos llevó al centro. Los pasajes del tranvía se sacan en la misma estación en unas maquinitas y cuesta €1.20 cada uno. Permite viajar por 90 minutos, pero no necesitábamos tanto. Florencia nos recibió con mucha gente, mucho calor, y muchos mosquitos. El hotel no nos protegía de ninguna de estas cosas, aunque nos dejaron una espiral para poder dormir tranquilos. La única buena en un hotel que no tenía ventilador, aire acondicionado, o internet.

TEENAGE MUTANT NINJA RENAISSANCE ARTISTS

La ciudad está atravesada por los cuatro artistas del renacimiento que alcanzaron fama internacional gracias a las Tortugas Ninja: Miguel Ángel, Leonardo, Donatello, y Rafael. De todos ellos hay obras y muestras a lo largo y a lo ancho de la ciudad. Omnipresente, por supuesto, el David de Miguel Ángel. Toda tienda de recuerdos tiene una foto de su pene, y hay una plaza, la Plaza de la Señoría, que tiene una réplica del David frente a las puertas del Palazzo Vecchio. También hay una muestra del Palazzo al aire libre en esta plaza y suele haber gente tocando música clásica. Aprovechamos para escuchar el Ave María de Liszt, el Canon de Pachelbel, y Hallelujah de Leonard Cohen en las veces que pasamos. Gracias Florencia por endulzarnos los oídos.

EL PUENTE VIEJO

No se puede pasar por Florencia sin recorrer el Ponte Vecchio, el puente más antiguo de Florencia. El puente fue terminado en el año 1350, aunque se supone que los romanos tenían un puente en ese mismo lugar que fue destruído y reconstruído varias veces. En su momento el gobierno de Florencia construyó locales de piedra encima para poder alquilarlos a comerciantes y costear la construcción del puente. Esos locales supieron ser de la Guilda de Carniceros, aunque hoy están llenos de joyerías. ¿Un signo del paso de los tiempos?

EL MERCADO CENTRAL

Y encerrado entre tiendas ambulantes de cueros caros y souvenires se encuentra el Mercado Central de Florencia. En la planta baja hay varios locales de recuerdos y de delicias toscanas: quesos, fiambres, carnes frescas. En el primer piso hay muchos locales de comidas en donde saborear platos tradicionales de la región, aunque principalmente enfocados al turista, por lo que no falta la pasta, la pizza, la comida de mar, los platos vegetarianos, y las hamburguesas. Hasta nos pareció ver un local de sushi fusión, un clásico italiano.

EL MEJOR SÁNGUCHE DEL MUNDO

Menos mal que nos habían pasado el dato porque hubiera sido un pecado mortal el no haber conocido los sánguches de All’Antico Vinaio. Apenas a unos pasos de la Plaza de la Señoría se encuentra esta tienda que prepara unos sánguches excepcionales, y todos por cinco euros. ¿La única regla? No más de un queso, no más de una carne. Hay tres locales uno al lado del otro y los tres son iguales (en alguno hay lugar para sentarse, pero todo el mundo lo come en la calle o sentado en alguna plaza). Para los indecisos también hay un menú con los sánguches más pedidos y recomendados. Probamos algunos de los que habían en la pizarra y el que más nos cautivó es la schiacciata del boss, un delicioso sánguche en schiacciata (un pan salado toscano, besado por dios) con crema de trufas, queso pecorino, y jamón crudo. Una mezcla tan perfecta de sabores que ya de escribir esto se me hace agua la boca. Recuerdo cuando en una charla de amigos alguno se animó a decir que el queso en un sánguche no era tan importante, que cualquier queso más o menos bueno era suficiente. Padre, perdónalos, porque no saben lo que dicen.

Próximo destino: Venecia