La isla del sol

Nuestro primer puerto en Grecia fue Rodas. Esta vez no había un enorme coloso para recibirnos, en su lugar unas columnas con unas pequeñas estatuas de animales recuerdan que alguna vez en Rodas estuvo una de la Siete Maravillas del mundo antiguo (son dos ciervitos, Elafo y Elafina, los símbolos de Rodas y los Patronus de los padres de Harry Potter (?)). Rodas es una isla muy particular, sus habitantes eligieron como dios patrón a Helios, el dios del sol, y eso se siente en la piel apenas uno baja del barco. Según cuentan está soleado casi todo el año y es por eso que mucha gente viaja a disfrutar no sólo de la historia de esta ciudad, sino de las playas y el bronceado. Nosotros nos refugiamos en capas de protector solar y la sombra que podía darnos la ciudad amurallada.
LA CIUDAD ANTIGUA
La ciudad de Rodas es la ciudad más antigua habitada de todo Europa. En lo que se conoce como la ciudad antigua está prohibido remodelar o construir, por lo que se preserva intacta con el paso de los años (claro que ahora está llena de tiendas de souvenires y restaurantes). Rodas fue ocupada por diversos grupos a lo largo de los años: los Caballeros de la Orden de San Juan, el imperio Otomano, y los italianos. Todos dejaron tras de sí restos de su presencia, desde mezquitas, a palacios, a la Calle de los Caballeros (Odos Ippoton). Caminar por esta calle ascendente es un viaje en el tiempo, en su base está el museo histórico de Rodas y en la cima El Palacio de los Grandes Maestros. A lo largo de la calle se encuentran los distintos edificios que servían de albergue a los Caballeros de San Juan de las distintas regiones, llamados “linguas”, porque se hablaba en la lengua de cada región en estos albergues. Sólo subsisten cuatro albergues (Italia, Francia, España, y Provence) de las siete naciones que formaban la orden (Auvernia, Provence, Francia, Aragón, Alemania, Inglaterra e Italia). La orden estuvo más de 200 años en Rodas, hasta que en 1522 el Gran Maestre le cedió la ciudad al Sultán Solimán el Magnífico tras el sitio de Rodas.
GYROS, DAR MEDIA VUELTA Y VER QUÉ PASA ALLÁ AFUERA
Y bien es sabido que cuando se cierra una puerta, se abre otra. Nos despedimos del dürüm en Turquía, pero en Grecia estaba el gyros con los brazos abiertos esperando para recibirnos. El principio es el mismo, pollo, cordero, o cerdo (claro, acá no son musulmanes) condimentado y girando en un pinche frente al fuego todo el día para que lo corten, y lo metan en un pan pita con verduras y… salsa de yogur. Delicia.
ESTRELLA AZUL
Nos despedimos de Rodas con mucha decepción por no haber encontrado rastros del legendario circo. Caminando desde la ciudad antigua nos dirigimos al puerto para subirnos el ferry que nos llevaría a nuestro próximo destino. En la larga caminata nos acompañó el siempre presente Helios, para darnos su beso de despedida. En el puerto hay un container en el que hay una oficina de Blue Star Ferries y en el que con los datos de nuestra reserva nos dieron los pasajes y pudimos subir sin problemas a la ENORME embarcación. Nos esperaban diez horas de navegación por delante. Por suerte el mar nos acompaña en este viaje.
Próximo destino: Santorini