Palabra poderosa: Viajar

Marmaris, la Punta del Este turca

Marmaris, la Punta del Este turca

La primera impresión que nos llevamos cuando llegamos a Marmaris surgió mirando el mapa. La terminal de buses está en una punta de la ciudad (cerca del puerto de ferries), ¿el hotel? en la otra. Dos horas de caminar bajo el rayo del sol y estábamos en la puerta del hotel. Un hotel precioso con sus propias reposeras y sombrillas en la playa. Las playas parecieran ser públicas, pero todos los espacios están ocupados por hoteles y restaurantes que te dejan usar las reposeras y sombrillas, pero con consumición mínima.

¿ESTO ES TURQUÍA?

La segunda impresión de Marmaris nos la llevamos esa misma noche, cuando salimos a buscar algo para cenar y un supermercado para abastecernos de agua. Toda la costanera son hoteles cinco estrellas all-inclusive. Todo el turismo de la ciudad es ese. Fiesta toda la noche, luces, música, tragos. ¿Y de día? Excursiones en jet ski, en lanchas, en yates, en bananas inflables. Hasta hay excursiones en barcos piratas (vimos uno de Jack Sparrow, uno de vikingos, y dos de Davy Jones). Además los precios de casi todos los lugares no están en liras turcas, sino en libras esterlinas. Se nota que la mayor parte del turismo (al menos en estas épocas) viene del Reino Unido. Adiós a la Turquía amiga de nuestro bolsillo. “Esto es Punta del Este”, dijo Caro, “todos hoteles cinco estrellas y las cosas te las cobran en otra moneda”.

NADAR EN EL EGEO

Por supuesto que aprovechamos la playa del hotel para relajarnos ¡y nadar! Las reposeras eran muy cómodas y la sombrilla demasiado importante considerando el sol abrasador. Nuestra piel también nos hizo recordar la importancia del bronceador (para nuestras madres que están leyendo: tenemos bronceador factor 50 y una crema pos-solar, la piel nunca más agradecida del cuidado que le damos). Entre tantos días a las corridas viene muy bien parar un poco el carro y disfrutar de hacer nada. Gracias Marmaris por darnos unos días hermosos.

ADIÓS AL TAVUK DURUM

Y la última noche en Turquía queríamos que sea especial, entonces salimos en busca de unos deliciosos tavuk durum para despedirnos como corresponde. La mayoría de los restaurantes están orientados a turistas europeos. No solo en los precios (como dijimos antes, ¡la mayoría de las veces en libras!) sino por el menú, en el que si bien no faltan las comidas turcas, se hace más énfasis en los bifes y las pastas. Después de caminar varias veces por las calles principales y las paralelas decidimos alejarnos de toda la zona iluminada en busca de la luz de una cocina. Y la encontramos. Un pequeño restaurante familiar, vacío, en el que un señor muy amable nos recibió y nos preparó dos tavuk durum de rechupete. Lo primero que nos preguntó el señor es en qué hotel parábamos. Luego, en una mezcla de idiomas empezamos a charlar y nos contó que desde hace unos años Marmaris se convirtió en puro hotel all inclusive, y que los turistas ya no salen de los hoteles salvo para hacer excursiones. “En unos años más este restaurante no existe más, y seguro acá ponen otro hotel” nos dijo, con mucha resignación, mientras nos agradecía la compra y nos entregaba nuestra cena.

EN BARCO A GRECIA

Bien temprano por la mañana salimos para el puerto. Por suerte hay unas camionetitas que por tres liras (€ 0.60) te llevan por la avenida central y nos dejaron a pocas cuadras del puerto. Las camionetitas las parás más o menos donde querés, temprano a la mañana viajamos casi solos. Migraciones en Turquía para salir fue un trámite, pero había un cartel bien claro que decía “recuerde que si usted tiene un sello de chipre del lado turco en su pasaporte no va a poder ingresar en Grecia”. Cosas de fronteras. Nuestros días en Turquía se terminaban, y coincidentemente esa mañana comenzaba el Ramadan (o Ramazan como dicen en Turquía) el mes de ayuno que realizan los musulmanes … No es que querramos huir del ayuno, pero un mes nos parece mucho en este momento. Será la próxima ocasión.

Próximo destino: Rodas