Liverpool, unos días de Beatlemanía

El viaje en bus a Liverpool fue eterno. No sólo salir del tráfico de Londres fue una odisea, sino que pasamos antes por Manchester, que está relativamente cerca, pero en realidad es un desvío viniendo desde Londres. La habitación que habíamos reservado no quedaba en el centro, pero no imaginábamos que quedaba tan lejos cuando la vimos en el mapa. Una hora y media más tarde habíamos encontrado el lugar en donde nos recibieron nuestros cuatro anfitriones con sus cuatro gatitos bebé. El número cuatro parece ser una buena señal llegando a la ciudad de los Fab Four. La habitación era enorme y tenía una tele de 50 pulgadas con muchas películas bien pochocleras para disfrutar. Nada mejor que ver a James Bond en su propia tierra (aunque Daniel Craig no sea ningún Sean Connery).
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PENNY LANE IS IN MY EARS AND IN MY EYES Visita obligada en Liverpool el salir a caminar bajo la fría llovizna inglesa hasta Penny Lane y buscar al barbero con fotografías o el cuartel de bomberos. Nada de esto sobrevive (claro que hay un barbero, no podría no haberlo), pero hay un precioso mural y muchas casas decoradas, a la vez que varias camionetas plotteadas que hacen el Beatle tour y te llevan unos minutos a visitar la famosa calle.
No pudimos llegar hasta Strawberry Fields porque el tiempo empeoraba cada vez más, pero pasamos por varios preciosos parques de regreso al centro de Liverpool en donde nos sentamos a esperar que vuelva a salir el sol. Por suerte, cuando el diluvio se hacía insostenible aún a pesar de nuestros impermeables nos refugiamos en la enorme abadía de la ciudad en donde esperamos a que pasara la tormenta.
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THE CAVERN, DONDE COMENZÓ TODO Después de una larga caminata por el puerto de Liverpool, y de dejar mi celular roto a reparar en una tienda en donde el dueño se tomó como un desafío el poder solucionar lo que en Turquía no pudieron (según Caro porque él también era turco) nos fuimos a tomar unas cervezas a The Cavern, el lugar en donde nació la leyenda Beatle. En rigor de verdad el Cavern actual está enfrente de donde estaba el Cavern original, que fue demolido en el año 1973, de todos modos eso no impide disfrutar del ambiente y las canciones Beatle, que nunca faltan.
Tomamos unas buenas cervezas, escuchamos una bandatocando grandes éxitos de la música inglesa, no sólo de los Beatles, aunque claro, el cierre fue a puro hit. Una semana después de que fuimos nosotros el mismísimo Paul sorprendió a todos ahí con un show sorpresa. Qué pena, se perdió de vernos nuevamente.
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NO VOY EN TREN Nuestro siguiente destino era Glasgow, en Escocia y nos iba a llevar un tren de Virgin. Pero, ¡oh sorpresa! La estación de tren estaba en reparaciones. La compañía puso unos colectivos que te llevaban a la estación de tren más cercana (que no estuviera en reparaciones). Lo que hubiera sido media hora se convirtió en casi hora y media de bus. Dos trenes más tarde, uno local y uno interurbano, y ya estábamos en tierras escocesas.
Próximo destino: Glasgow